- Dirección y transmisión
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El mayor control que tiene el conductor sobre un vehículo está en sus manos, literalmente. Esto se debe a que, a través del volante, puede dirigir el automóvil al lugar que mejor le plazca. Por eso es importante mantener esta parte del vehículo en óptimas condiciones. Para ello, en Desguaces Castilla contamos con un gran catálogo de piezas de coche de segunda mano.
A través de un proceso algo complicado de entender, pero muy fácil de realizar, el vehículo puede girar a la derecha o a la izquierda con muy poco esfuerzo del conductor.
Ahora bien, el volante suele presentar un problema muy común: la vibración.
¿A qué puede deberse que el volante vibre o tiemble? ¿Qué puedes hacer en caso de presentarse este problema? Veamos enseguida las respuestas a estas importantes preguntas. Así sabrás como solucionar esta dificultad.
Razones por las que vibra el volante
El que el volante vibre es un síntoma claro de que algo está fallando en la mecánica de tu automóvil, pero el origen del problema puede deberse a los neumáticos, la suspensión u otros factores. De eso hablaremos a continuación.
Desequilibrio
Para que todo el coche funcione de manera adecuada es necesario que cada uno de los elementos esté en buenas condiciones y bien instalados. Por ejemplo, si los cauchos no tienen el equilibrio requerido será muy fácil que el volante vibre, y por tanto la dirección sea rígida en vez de suave.
Cada uno de los neumáticos debe tener el mismo contacto con el suelo que los demás, de esa forma se logra un mejor agarre y rodamiento, al mismo tiempo, permite cuidar la vida de los cauchos.
Pero, una dirección desequilibrada impide que esto ocurra, dejando la posibilidad de que un neumático esté más bajo que los demás y termine haciendo el trabajo de los otros.
Para asegurarte de que esta es la razón, solo debes aumentar la velocidad hasta los 100 kilómetros por hora. Si cuando alcances esa velocidad, el volante empieza a temblar, es muy probable que se trate de neumáticos desequilibrados. Más adelante comentaremos cuál es la mejor manera de corregir esta falla.
Desgaste
Los neumáticos, una vez más, son los responsables de que el volante tiemble. Pero, en este caso, se debe a que el desgaste natural que sufren por el uso es mayor en uno de los cauchos, creando problemas en el mismo y teniendo como resultado una vibración constante del volante. Ese desgaste debe ser uniforme, si no ocurrirá esa molesta vibración.
Algunas posibles razones por las que uno o más neumáticos pueden llegar a perder su forma es que se encuentren durante mucho tiempo sin usarse después de colocados en el coche.
También es posible que tengan defectos de fábrica. Sea cual sea la razón, lo mejor que puede hacerse, si se nota que han sufrido deformaciones, es cambiarlos antes de poner a rodar el vehículo.
Puedes saberse que el volante vibra por este motivo al notar que la vibración se mantiene constante, y se siente sobre todo, cuando empiezas a conducir y aun estas por debajo de los 50 kilómetros por hora.
Fallo en la Dirección
Si la dirección del coche no está alineada como debería, será muy fácil que el problema anterior se manifieste y peor aún, que el automóvil tienda a irse a un lado u otro sin que el conductor así lo desee.
También es posible darse cuenta de que el coche tiene este problema porque hará sonidos poco usuales al cambiar de dirección.
El peligro es mayor porque no solo puede vibrar el volante sino que la maniobrabilidad del coche es más complicada y fácilmente puede causar un accidente. La clave para conducir con seguridad es tener absoluto control de todo el vehículo y una dirección desalineada es la peor compañía para cualquier conductor.
Fallos en otras piezas
Como mencionamos al principio, para que coche funcione bien, cada pieza debe estar en condiciones óptimas. Hablando de la vibración del volante, si alguno de los elementos esenciales presenta problemas, entonces el volante te lo hará saber al vibrar.
Entre estos elementos destacan la suspensión, los frenos de discos y el motor. Un fallo en alguno de ellos y no podrá lograrse por cuenta propia que el volante deje de vibrar. Saber cuál de estos elementos está fallando puede ser algo sencillo si se presta atención al momento en el que se presenta la vibración.
Por ejemplo, si la vibración es al frenar, es obvio que los frenos necesitan revisión.
Ahora bien, si el fallo se presenta en el motor como tal, será fácil identificarla porque, al tratarse de una de las piezas más grandes e importantes del vehículo, no solo se sentirá vibrar el volante sino todo el coche. Eso solo quiere decir que la revisión al motor debe hacerse urgente.
Soluciones a la vibración del volante
El primer paso es saber cuál es el motivo por el que vibra el volante, y, una vez detectada la razón, será más fácil encontrar la solución.
Como veremos a continuación, la mayoría de las soluciones de este problema solo pueden encontrarse en un taller.
Veamos los pasos a seguir para corregir el problema, dependiendo cuál sea la causa del mismo.
- Solucionar la vibración volante por desequilibrio. Sila causa es el desequilibrio, la solución a este problema es muy sencilla debido a que, por lo general se debe a la pérdida del plomo, el cualpermite mantener el equilibrio en la rueda. En el taller, una vez colocado uno nuevo, la vibración del volante desaparecerá, el servicio es económico.
- Solucionar vibración desgaste de los neumáticos. La solución de este problema también está en el taller, aunque será un poco más difícil de conseguir, hablando del coste. La decisión más práctica es realizar el cambio de las ruedas que presenten ese desgaste desigual. Puede aprovecharse la oportunidad para cambiar todos los neumáticos, claro, si el bolsillo lo permite.
- Solucionar vibración falta alineación en la dirección. La reparación de este problema debe ser llevada a cabo por especialistas en un taller. La buena noticia es que, aparte de hacerse muy rápido, es un trabajo relativamente económico porque no supera los 100 dólares.
Por último, si la causa de la vibración se debe al deterioro de una de las piezas importantes del coche, entonces la opción más sencilla es sustituirla por una en buen estado. Por supuesto, debe ser la correcta para el vehículo y tiene que ser, en la medida de lo posible, de la mejor calidad disponible.
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