- Climatización
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A la hora de emprender largos viajes por carretera, ya sea para irnos de vacaciones o en la ida y vuelta de nuestra zona de trabajo, es necesario contar con una buena climatización del interior del vehículo. Si contamos con el sistema de climatización de vehículos adecuado para mantener una buena temperatura, vamos a lograr que nuestra conducción sea más segura y cómoda.
Comprobaciones previas antes de iniciar un viaje
¿Qué debes comprobar antes de irte de vacaciones? Puede que lo primero que se te venga a la mente es la comprobación de la presión de las ruedas, los frenos o la batería, pero esto supondría dejarse muchas partes descuidadas, lo cual podría llevarte a un deterioro de las condiciones de conducción y, por lo tanto, al aumento del riesgo de accidente.
La Dirección general de Tráfico (DGT) advierte de la necesidad de comprobar estos diez elementos: dirección del volante, frenos y niveles de líquido de frenos, aceite y refrigerante, así como la tensión de las correas, suspensión, neumáticos, luces, batería, lunas y limpiaparabrisas, carburación, filtros de aceite, aire y polen y el aire acondicionado.
Puede que este último elemento sea el que pase más desapercibido para los conductores, pero tiene un impacto clave en nuestra conducción, especialmente cuando se trata de la realización de largos trayectos.
Mantener nuestro vehículo en las mejores condiciones resulta clave para tu propia seguridad y comodidad, pero también para la del resto de usuarios que pueden verse perjudicados.
Las averías más frecuentes relacionadas con el sistema de climatización de los vehículos
El aire acondicionado y el climatizador son elementos clave en la climatización de nuestro vehículo. Cada vez su uso se vuelve más necesario, tanto en invierno como en verano, dado que, si conseguimos una buena climatización del vehículo, conseguiremos estar más atentos y concentrados en la conducción.
Puesto que su uso es cada vez más frecuente, también lo son sus averías. Uno de los fallos más comunes en los aires acondicionados son las fugas en los conductos por los cuales circula el gas, debido principalmente a su desgaste.
Otro tipo de avería se puede dar en la caja del climatizador, lugar en el cual se encuentra el ventilador que tira el aire frío en el interior del automóvil. Los fallos pueden darse en las trampillas que separan el aire de la calefacción con el aire frío de la refrigeración, en el filtro antipolen por un exceso de suciedad o puede tratarse de un error del condensador.
Consecuencias de una mala climatización del vehículo
Una mala climatización del vehículo tiene consecuencias palpables en la comodidad, salud y seguridad.
Cuanto mayor sea la temperatura interior del vehículo, menos cómodos estaremos, aumentará nuestra fatiga y menos capacidad de reacción tendremos. De hecho, conducir con una temperatura interior de más de 35 grados tiene un efecto similar a conducir con una tasa de alcoholemia cerca de los 0,5 gr/l.
Si se mantiene una temperatura elevada dentro del vehículo, nuestros sentidos se verán perjudicados, tardaremos más en reaccionar y nos costará más mantener la concentración y la vista en la carretera.
Por lo tanto, una mala climatización siempre nos va a poner en peligro a nosotros mismos y a los demás conductores y usuarios, como los peatones.
¿Cómo acondicionar mi vehículo para optimizar su uso y evitar reparaciones innecesarias?
Tener que realizar reparaciones en tu vehículo es en ocasiones un gasto evitable si se puede evitar la realización de ciertas prácticas que afectan negativamente a la función de las piezas que lo componen.
En este caso concreto, la DGT advierte sobre ciertas prácticas erróneas cuando encendemos el aire acondicionado, entre las cuales se encuentran ponerlo al máximo, activar el botón de recirculación, que los difusores apunten a la cara y no cambiar los filtros.
¿Qué puede hacer para evitar este tipo de errores? Primero de todo, mantener una temperatura en el interior del vehículo que esté entre los 21 y 23 grados. También, evitar que los difusores apunten a la cara de la persona y cambiar los filtros cada 15.000 o 20.000 kilómetros.
Además, no se debe circular con las ventanas abiertas mientras que se mantiene el aire acondicionado enchufado, no solo por la comodidad que pueda generarle como conductor, también porque supone un aumento innecesario del uso de combustible.
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