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Detener un vehículo que viaja a una velocidad considerable no es tarea sencilla, aunque pudiera parecerlo, pues solo basta con que el conductor presione el freno. Pero, al momento de hacerlo, se producen una serie de procesos que terminan por detener el automóvil, y a veces de golpe. En todo este proceso, hay un elemento fundamental, el líquido de frenos. Si no se cuida debidamente es posible que necesitemos hacer una reparación y, llegado el momento, en Desguaces Castilla encontraras todas las piezas de coche de segunda mano que necesites para ello.
Como veremos en este artículo, este líquido es uno de los mejores inventos que se han hecho a fin de garantizar la seguridad del conductor, los pasajeros y del mismo automóvil. Seguro hay mucho que agradecer a su inventor.
¿De qué se trata el líquido de frenos? ¿Qué función cumple dentro del proceso de frenado? ¿Cómo puede saberse si ha llegado el momento de cambiarlo? ¿Qué otros puntos han de tenerse en cuenta sobre él? Veamos las respuestas a estas preguntas a continuación.
Qué es el líquido de frenos
El líquido de freno es un fluido higroscópico que permite que la presión ejercida sobre el mismo se multiplique al momento de llegar a los pistones. Solo así es posible que una presión mínima sobre el freno, logre detener un coche cuyo peso puede superar fácilmente media tonelada.
El proceso de funcionamiento es sencillo pero complejo, absorbe y atrae la humedad del aire, lo que puede generar pequeñas cantidades de agua dentro del sistema, lo que reduce su temperatura a punto de ebullición.
Entre sus características destaca que es higroscópico. Dicho de manera sencilla, que aprovecha la humedad presente en el ambiente para mantener la temperatura propia lejos de los puntos de congelación y ebullición. De esa manera protege al motor de los efectos corrosivos y al mismo tiempo evita que se congele esa área del automóvil.
Como vemos, el líquido de frenos es un elemento de gran importancia, porque sin él, detener un coche sería casi misión imposible. Él da inicio a un proceso en el que intervienen los pistones, las pinzas y las pastillas de freno. Gracias a él, y sin ninguna duda, se ha protegido la vida de muchas personas.
¿Cuándo cambiar el líquido de frenos?
Dada la importancia que tiene el líquido de frenos, es necesario que siempre se encuentre en óptimas condiciones. Debe tenerse en cuenta que este líquido, al igual que las pastillas de freno, se va desgastando de forma natural por el uso que se le da, así que llegará el momento de reponerlo. ¿Cuándo debe hacerse? Veamos.
La recomendación que dan algunos fabricantes del líquido de frenos es que se sustituya al pasar 2 años. Otros señalan que deben ser a los 4 años. Claro, este sería el máximo de tiempo permitido, siempre y cuando el funcionamiento no se vea afectado antes.
También puede tomarse como referencia para cambiarlo que el vehículo haya recorrido un máximo de 80 mil kilómetros.
Las cantidades de tiempo y distancia antes mencionadas solo sirven para cuando el coche no presente ningún tipo de problemas. Es decir, si notas algún síntoma de desgaste al frenar, puede ser un indicativo de que se requiere reponer o cambiar el líquido. De ser así, el cambio debe hacerse sin demora alguna. Veamos algunas de estas advertencias.
Mayor recorrido del pie
Cada conductor se ha acostumbrado al tacto del freno, así le resulta más fácil saber cuál es la fuerza que debe aplicar al freno en determinada circunstancia.
Pero, a medida que el líquido va desgastándose, ese recorrido aumenta, haciendo cada vez más necesario que la fuerza requerida al frenar sea mayor. Si las pastillas están bien, puede ser que el líquido requiera cambiarse.
Temperaturas extremas
Hace un momento señalamos que el líquido de frenos tiene la capacidad de evitar que las temperaturas extremas lo afecten al punto de dejarlo inservible, pero esto no siempre es así, sobre todo cuando el conductor hace uso de él una y otra vez, por ejemplo, al descender de un lugar muy alto y haciendo un recorrido muy largo.
Si el líquido se congela o evapora, entonces no cumplirá la importante función que tiene. Puedes notar que esto ha ocurrido cuando al intentar frenar, el pedal no tiene la presión de siempre o simplemente el auto no se detiene como de costumbre. En este caso, el cambio debe hacerse de inmediato, pues la seguridad de todos está en juego.
Es posible cambiar por cuenta propia el líquido de frenos, pero siempre la mejor opción será acudir a los especialistas en el tema, aunque el coste de este servicio pudiera superar sin problemas los 100 dólares. Pero, es mejor hacer un gasto como este a tiempo, que sufrir un accidente donde pueda perderse mucho más.
Comprobación de estado del líquido de frenos
Además de los puntos señalados anteriormente, existen métodos especializados a fin de determinar cómo se encuentra el líquido de frenos y así saber si requiere cambiarse, o aún puede servirte unos kilómetros más.
El método más eficaz y que cada vez más talleres usan es el digital. Gracias a este, es posible conocer el estado del líquido, de los pistones y de las pastillas, y todo esto en muy poco tiempo.
La ventaja de este método es que usa sondas para determinar la cantidad y el estado del líquido de frenos haciéndolo muy preciso.
También es usado el método eléctrico, sin embargo ya no es la mejor opción que hay disponible, pues ha demostrado no ser tan confiable como debería.
Dado que lo que se busca es saber las condiciones de un elemento esencial en la seguridad del coche, es mejor usar el que de verdad sea fiable. Entonces se sabrá si debe cambiarse en el momento.
Como punto final, no debe pasarse por alto que el momento de cambiar el líquido de frenos también depende del tipo de líquido y la calidad del mismo. Por eso, la recomendación es usar los de mayor calidad y que puedan brindarte un mejor servicio por mucho más tiempo. Una buena elección en este tema puede hacer la diferencia.
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